quien sufre de anorexia sexual vive obsesionado con alejar el sexo de sus vidas. No suele ser sencillo de identificar a quienes pueden padecer de este trastorno o "adicción". Por lo pronto, es importante no confundir anorexia con falta de o poco deseo sexual. Así como el anoréxico deja lentamente de ingerir alimentos, el "anoréxico sexual" repite el mismo mecanismo: comienzan a rechazar toda posibilidad o expresión sexual e inicia una escala de autodestrucción, por demás preocupante.
Cómo darse cuenta
En su libro “Anorexia sexual: cómo vencer el odio a la propia sexualidad”, Patrick Carnes presenta una guía de preguntas para reconocer qué relación podemos llegar a tener con la anorexia sexual. Propone señalar si alguno de estos síntomas está o estuvieron presentes en algún momento de la vida:
- Pavor al placer sexual.
- Miedo consistente al contacto sexual.
- Vigilancia obsesiva a cuestiones sexuales.
- Evasión de algo relacionado con lo sexual.
- Preocupación de que otras personas sean sexuales.
- Distorsiones sobre la apariencia del propio cuerpo.
- Aversión extrema a las funciones corporales.
- Dudas obsesivas sobre la normalidad sexual.- Juicios y actitudes rígidas acerca de la conducta sexual.
- Miedo y preocupación excesiva hacia enfermedades de transmisión sexual.
- Interés o inquietud obsesivos alrededor de supuestas intenciones sexuales de otros.
- Vergüenza y aversión relacionadas a la experiencia sexual.
- Desesperación relacionada al funcionamiento sexual.
- Evasión de la intimidad debido a miedos sexuales.
- Conducta autodestructiva que limite, pare o evite lo sexual.
- Si se identificó con cinco o más puntos, podría estar padeciendo una privación o anorexia sexual que puede ser tratada o corregida con ayuda profesional.
Como siempre, el tema no termina en responder un test. Ante la mínima duda debemos consultar con un médico clínico, sexólogo, psicólogo, psiquiatra o cualquier otro profesional de la salud calificado.
Tratamiento y recuperación
El proceso de recuperación del anoréxico suele ser tarea compleja, pero no imposible. La persona necesita dejar de rechazarse a sí misma y comenzar a aceptar su cuerpo y, luego, integrar la vida sexual al resto de los aspectos vitales.
Como sigue un patrón acorde a cualquier otra adicción, en muchos casos el tratamiento suele apoyarse en torno a los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos. En definitiva, es clave el acompañamiento de alguien que sirva como guía o referente así como el apoyo incondicional de quienes hayan padecido el mismo trastorno.
Entre otras cuestiones se busca que el paciente:
- Cambie de foco; que deje de obsesionarse con su costado sexual y el de los demás y reconocer que la vida también implica otros aspectos;
- Comience a aceptar y tomar contacto con su cuerpo;
- Que perdone o se reconcilie con sus agresores (reales o imaginarios);
- Que empiece a aproximarse a los otros; se integre y se permita el contacto más allá de lo sexual (caminar de la mano, abrazos, caricias, etc.).